Las playas de Formentera tienen ese toque especial que sabe a vacaciones. Que sabe a bienestar. Que invita a cerrar los ojos y a relajarse en su fina arena blanca. Cuando conocemos por primera vez sus increíbles aguas turquesas, irremediablemente pensamos en el Caribe con la ventaja de estar en Europa.

El abanico de playas excepcionales de Formentera resulta abrumador. Todo viajero que se precie debe llevar una listas de sus playas en las que en absoluto deberían faltar Ses Illetes, Migjorn, Ses Platgetes, Es Pujols y Sa Roqueta. Y si el viajero quiere cautivarse de la belleza salvaje de la isla, las calas de Cavall d’en Borràs y Cala Saona están envueltas de acantilados, pinares y bosques marinos de posidonia, mientras que Cala en Baster es la playa naturista por excelencia, entre acantilados y el mar.